lunes, 26 de noviembre de 2012

La posibilidad de vida extraterrestre en nuestro Sistema Solar según la “ciencia oficial”

A raíz de las últimas declaraciones de John Grotzinger, científico de la Nasa responsable de la misión del Curiosity, quien afirmó que los recientes descubrimientos del robot «cambiarán los libros de Historia», se ha avivado el interés por la existencia de vida fuera de la Tierra. Muchos medios de comunicación han redactado diferentes notas tratando de hacer un repaso de los lugares con más probabilidades según lo que dicta nuestra “ciencia oficial”: Aquí les mostramos una parte del artículo preparado por José Manuel Nieves para el diario ABC de España, sobre los principales candidatos para albergar vida en nuestro sistema solar:
Marte, quien además albergó en el pasado una gran cantidad de agua en estado líquido, en forma de mares y grandes ríos cuyos lechos han sido ya recorridos y estudiados por toda una batería de instrumentos científicos humanos. Marte, igual que la Tierra, tuvo una atmósfera, aunque debido a su menor fuerza gravitatoria (es más pequeño que la Tierra) no logró sujetarla y terminó siendo el mundo árido y seco que conocemos hoy.
Los investigadores, sin embargo, ven más que probable que en el pasado se hubieran desarrollado formas de vida en este planeta, que en su juventud debió parecerse mucho a la Tierra. Y si hubo vida en el pasado, algún microorganismo podría haber sobrevivido hasta el presente, quizá bajo la superficie y al abrigo de la letal radiación solar.
Hasta ahora, casi cincuenta naves han viajado ya hasta Marte para estudiar su composición, dinámica, geología, climatología y, sobre todo, para buscar signos de esa hipotética vida pasada. En este sentido, el Curiosity podría haber realizado un avance espectacular.
Lunas de Saturno y Júpiter
En cuanto a los satélites de Saturno y Júpiter, los cuatro resultan altamente espectaculares. Y por varias razones.
Titán, la mayor luna de Saturno, es quizá la mejor candidata. Es el único lugar del Sistema Solar, excepto la Tierra, en el que hay lagos y mares líquidos, aunque no son de agua, sino de metano. Cuenta con una densa atmósfera de nitrógeno y metano y, en más de un sentido, se parece mucho a la Tierra primitiva de hace tres o cuatro mil millones de años, cuando surgió la vida en ella. Los datos de la sonda Cassini y de la sonda Huygens, que aterrizó allí en 2005, refuerzan la idea de que se trata de uno de los mejores candidatos del Sistema Solar para albergar vida.
Encelado, por su parte (otro satélite de Saturno) está completamente cubierto por una capa de hielo que probablemente oculta mares de agua líquida. La sonda Cassini ha detectado allí carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, elementos indispensables para que exista el tipo de vida que conocemos. Y todo indica, además, que esta luna tiene un núcleo incandescente de roca fundida, lo cual podría aportar el calor necesario para que la vida se desarrolle.
Europa, pasemos ahora a Júpiter. Allí está Europa, uno de sus cuatro mayores satélites. Se trata de una luna activa, con actividad volcánica, lo cual hace posible que, bajo la capa protectora de hielo y al calor de fumarolas submarinas, la vida pueda haberse desarrollado allí. Existen planes de la NASA para enviar a Europa un minisubmarino capaz de perforar la cubierta helada y sumergirse en sus océanos subterráneos en busca de actividad biológica.
Io, finalmente, tiene más de 400 volcánes activos, todo un récord en el Sistema Solar. A pesar de su tamaño, similar al de la Luna, cuenta con un buen puñado de montañas más altas que el Everest. Pero lo que llama la atención es su atmósfera, en la que se han detectado gran cantidad de compuestos esenciales para la vida. Lo que, junto al calor de los volcanes, resulta prometedor.
Más información: ABC

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